"A TODOS ESOS HIJOS DE PUTA, SI A ESOS...CUIDENSE" Sid Wilson.-

Una vida, nueve corazones y dieciocho manos


Hermosa mia...te amo asi como eres,tus locuras,tu voz,tus abrazos,tus besos..todos y cada uno de los momentos que pasamos LO MEJOR QUE ME PUDO PASAR.(8

Estudiantes de La Plata.

Estudiantes de La Plata.

viernes, 20 de noviembre de 2009





Muchas veces, nos preguntamos, que pasa por nuestra mente, cuando vemos a alguien a quien odiamos?, han visto que es lo que sucede, mediante la resonancia magnética, para poder observar, que es lo que nos pasa, para este estudio se utilizaron 10 hombres y 7 mujeres, que tenían que ver a una persona que ellos sentían un rencor muy grande, como ser ex parejas, competidores, etc.
Los investigadores observaron que el odio en nuestro cerebro, tiene un circuito cerebral único, que no comparte para nada las aéreas, del cerebro, vinculadas al miedo, la ira, o el peligro.
Las aéreas que si comparten son las que se activan con experiencias románticas: el putamen y la corteza insular.El putamen es el encargado de planificar movimientos, tratándose de alguien a quien podemos lastimar, o a un ser amado al que debemos defender.
La corteza insular reaccionar por estímulos inquietantes, y esos estímulos son rostros de personas a las que amamos, o a las que odiamos.

Mediante este estudio determinaron, cual es la diferencia que existe entre el odio y el amor, y es que en el amor, se desactivan áreas de la corteza cerebral, que están relacionadas con el razonamiento y el juicio, que cuando nos topamos con alguien con nos despierta el rechazo, estas se activan.
Los investigadores, dicen que el amante es menos critico y un poco irracional en lo que siente y demuestra a la persona a quien ama, pero si se trata de alguien a quien odia necesita conservar el juicio y actuar de manera, que calcula como lastimar, y herir, o dañar, vengarse de su enemigo.
El sentimiento del odio, es muy complejo, y es algo biológico, que por lo visto en la historia a llevado a miles de personas, a llevar a cabo actos heroicos, pero como tales, otras atrocidades.
La relación entre el amor y el odio, y la frecuencia con la que uno de estos sentimientos se transforma en el opuesto en la vida real, se partió de la hipótesis de que habría una relación demasiado fuerte entre los circuitos cerebrales de ambos, pero no se esperaba estos resultados.

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